El artista que mejor ha entendido la tragedia de la Caperucita perraultiana ha sido, en mi opinión, Gustave Doré. Una tragedia bastante sicalíptica, a juzgar por el grabado que reúne a la niña y a su presunta abuela, o sea, al lobo (con gorro de dormir), bajo las sábanas de una misma cama. Fue ese grabado el que me inspiró la letra de la canción Caperucita Feroz, que tanto éxito tuvo hace treinta años. Fue a través de ese grabado como llegué a la conclusión de que el lobo de Perrault no es un animal de presa sino una metáfora: cuando la niña se desnuda y se mete en la cama con el lobo y éste le dice que sus grandes brazos son para abrazarla mejor, una de dos, o es tonta o está deseando que la seduzcan, porque no hace ningún movimiento para escapar y acaba, por lo tanto, perdiendo alegremente la honra y convirtiéndose en mujer.(Luís Alberto de Cuenca. En las fauces del lobo)
Artículo publicado en el ABCD el 10 de Abril del 2011.
Algunas ilustraciones del cuento de Caperucita por Doré |
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